Erase una vez una hermosa ciudad, donde antes fuera también la tierra de los incas, una ciudad rodeada de grandes montañas y frente a un inmenso mar pacífico. Esta era una ciudad muy importante desde la antigüedad, porque era rica en todo: en historia, en cultura, en recursos humanos y naturales.
Lo mas extraordinario de esta ciudad, era que contaba con una gran civilización con lo más avanzado en últimas invenciones. Contaba con lo más sofisticado, que la ciencia y la tecnología podía ofrecer: desde sistema comunicacionales únicos en su género, sistema de medición del desarrollo biogenético, hasta las más grandes normas de convivencia que eran respetadas por todos. No por gusto sus antepasados se basaron sólo en tres grandes principios: No seas ocioso, no mientas y no robes. Por tanto en esta ciudad, todos trabajaban, nunca mentían y menos nadie robaba.
Pero ¿cómo es que existían niños genios allí?, ¿quizás seguían existiendo muchas más lámparas similares a las de Aladino? Lo cierto era que en esta ciudad todos los niños y niñas eran genios. Ellos tenían una característica física muy especial: sus grandes y desarrollados ojos, los que mantenían permanentemente ocupados casi la tercera parte del día. Y sólo una parte del día, ellos podían dormir brevemente.
Un niño genio solía levantarse muy temprano por la mañana e inmediatamente encendía su plasma o LCD para revisar toda la programación de la televisión por cable. A la vez que degustaba sus alimentos naturales y oriundos del lugar ricos en proteínas, vitaminas y carbohidratos. Luego y rápidamente se aprestaba para dirigirse a su centro de entrenamiento y desarrollo humano. Allí tenía el reto de llevar sus experimentos y prácticas de invenciones tecnológicas o científicas, como asimismo investigar la historia de sus antepasados los incas, quienes fueron conocidos por ser buenos arquitectos, finos artesanos y grandes guerreros conquistadores de imperios.
Las herramientas o útiles comunes de un niño genio eran: su notebook o laptop, un mp4, su USB de 16 gigabytes, un iphone o blackberry. Ahora su mayor dedicación era pasar horas y horas conectado a internet, habitualmente para buscar información de su interés y luego su musical favorito, su juego predilecto en red o su nuevo ringtone. Pero también se daba tiempo para chatear y coordinar sus tareas y proyectos, porque la palabra favorita de un niño genio era proyecto. En la ciudad de los niños genios los útiles de estudio estaban a la orden de la modernidad y el progreso.
Un día y como por arte de magia, paulatinamente fueron desapareciendo las obras manuscritas, las impresas y toda forma de libro. Pero los niños genios ni se percataron de este suceso. Ya que a pesar de sus grandes ojos ya no podían ver esos antiguos instrumentos, legados por sus antepasados. Instrumentos que primero permanecían inamovibles en anaqueles y bibliotecas, empolvados o llenos de moho, por el paso de los años. Los niños genios y su rutina diaria con lo más avanzado de la tecnología ya no necesitaban de herramientas antiguas, porque a ellos no les quedaba tiempo ya para eso. Así fue como llegaron a convertirse en niños genios.
Fueron tan rápidos y vertiginosos los cambios en la ciudad de los niños genios y cada uno de ellos sumidos en su propia rutina, que incluso el trato entre ellos cambió radicalmente. Con la desaparición de los libros, desaparecieron también el uso habitual de algunas palabras de cortesía como: Por favor, gracias, hola, perdón, tome asiento, se sirve una taza de café, buenos días, etc., etc. Al parecer estas palabras se fueron con la desaparición de los libros y los niños genios no se dieron cuenta.
Todo parecía, sin embargo continuar igual en la ciudad de los niños genios, hasta que en todas las pantallas a las que ellos tenían acceso, sólo podían procesarse imágenes, tras imágenes. Es decir todas las palabras o escritos también fueron desapareciendo hasta el extremo que los niños genios, ya no podían continuar o avanzar con el estudio y sus proyectos. Las imágenes por si solas ya no tenían mucho significado. De esa manera y por primera vez los niños genios se sintieron muy aburridos.
Increíblemente en toda la ciudad se llenaban los espacios públicos y privados con grandes paneles publicitarios llenos de luces y mucho colorido llamados gigantografías y por supuesto mostrando imágenes y más imágenes de productos como si fueran verdaderos gigantes de grandes brazos ofreciendo una y otra cosa, que jamás pudo pasar por desapercibidos para los niños genios. Por otro lado en las principales cadenas nacionales de televisión y con el ánimo de entretener y quitar el aburrimiento de los niños genios, se producían programas cómicos con artistas de la calle e imitadores de homosexuales, que a larga sólo mostraban sus miserias, su huachafería y su vulgaridad. Ni que decir de los programas shows en vivo llamadas talk shows, que pretendían mostrar hasta que punto se había degradado la moral en la ciudad de los niños genios, pero que terminó haciendo mayor mal casi a todos.
Entretenidos como estaban los adultos en la ciudad de los niños genios, tampoco se dieron cuenta del aburrimiento de sus hijos y menos averiguaron porque motivo de un día a otro los niños genios también se pusieron tristes. Una cosa era segura, algo faltaba en la ciudad de los niños genios: su habitual alegría y sencillez de alma, que siempre era manifiesta iba decayendo poco a poco. Lejos quedaron los días cuando grandes y chicos podían compartir momentos juntos, para comer, para divertirse y aun para estudiar.
Sus padres tenían que buscar una solución oportuna para el aburrimiento de los niños genios, así que se encontraron algunas alternativas: un tour por todo el país, un crucero por Pacífico, o un par de meses en alguna playa del mar Caribe. Luego de deliberar las alternativas, todos los niños genios coincidieron en la última alternativa. De manera que todos los niños genios no podían perder esta gran oportunidad para relajarse y abandonar definitivamente su aburrimiento en alguna playa del mar Caribe.
Mientras tanto las cosas parecían continuar igual en el resto del mundo. Hasta que de pronto, todos los medios informativos anunciaron dos grandes sucesos: Primero el estallido de una gran crisis económica que comenzó en los estados más poderosos del mundo y que se extendía rápidamente hacia todos los países y continentes. Y el segundo suceso la aparición de una nueva enfermedad tecnológica llamada gripe AH1N1 que también se expandió tan rápidamente como la crisis económica, con carácter de pandemia mundial.
Los niños genios estaban terminando sus alegres vacaciones, porque para ellos no había crisis económica y debían volver a su ciudad. Pero ni bien habían llegado a sus casas, muchos de ellos comenzaron a tener fuertes síntomas de gripe, acompañados de fiebres y dolores de cuerpo. ¿Qué había pasado? Casi todos los niños genios habían sido contagiados por el extraño virus de la gripe AH1N1. Eso causó por primera vez una gran conmoción en toda la ciudad y más por que las noticias se expandieron como reguero de pólvora por todo el mundo, anunciando que ya se estaban muriendo muchos infectados en otros países. Los niños genios tenían ahora que estar en cuarentena. Mientras que sus centros de estudios y desarrollo debían permanecer cerrados en toda la ciudad. Así como los principales lugares de aglomeración pública como aeropuertos, hospitales, centros comerciales, debían tomar las medidas necesarias para evitar mayores contagios por el extraño virus.
Más adelante las autoridades sanitarias, dispusieron el cierre de todos los centros de enseñanza, adelantando las vacaciones para todos los niños genios. Pero esta vez ninguno podría ir de vuelta a una playa en el Caribe, sino sólo permanecer encerrados en sus casas como medida de seguridad. El mismo presidente de la nación dijo que ahora nadie debía saludar amablemente con un beso para evitar el contagio, tampoco debían darse las manos y para mayor seguridad debían taparse la boca como los cirujanos.
Pero, oh milagro no todos los niños genios estaban contagiados, había entonces que encontrar la respuesta. Porque aun preocupaba el hecho que ni siquiera habían los remedios, vacunas o antídotos para esta enfermedad. Los grandes laboratorios transnacionales recién estaban investigando al virus pero decían que muy pronto encontrarían la solución, sin embargo la gente seguía muriéndose en todo el mundo.
Los laboratorios de la ciudad de los niños genios tampoco podían quedarse atrás, así que iniciaron una exhaustiva evaluación y análisis de los otros niños genios que no habían sido contagiados. De donde finalmente se determinó que sus buenos hábitos de limpieza y cuidado de sus cuerpos les hicieron inmunes al virus de la gripe AH1N1. Así fue como inmediatamente todos los medios de comunicación anunciaron que todos deberían lavarse las manos permanentemente y no auto medicarse aún cuando la enfermedad parecía ser sencilla de curar. Pero lo más importante era que debían cuidar mucho su higiene personal, porque tampoco a ningún niño genio le gustaba la idea de abandonar la antigua costumbre de saludar amablemente con un besito por culpa de la
gripe AH1N1.
Esta fue una sencilla pero eficaz solución para combatir una pandemia mundial, que poco a poco comenzó a desaparecer en la ciudad. Asimismo este fue el momento importante para que los niños genios dejaran por un tiempo sus aceleradas actividades y por fin pudieron solidarizarse con los demás niños para permanecer muy unidos, teniendo entre ellos un mejor y formal trato, por otro lado todos los niños genios prometieron nunca más volver a aburrirse y menos visitar una playa caribeña que ahora solo quedaría en el recuerdo.
FIN